jueves, 15 de marzo de 2007

Manierismo y Renacimiento

De lo estable a lo inestable



Palacio del té – Giulio Romano







Palazzo Porto Breganze - Paladio




Algunas características observables en estas obras arquitectónicas:

En el manierismo se deja de enfatizar en el estudio anatómico del hombre, característico del renacimiento, cuyo fin era acercarse al mundo de la mímesis a través del estudio exacto de las dormas, para comenzar a representar figuras más manipuladas por la percepción del artista. El nuevo fin del arte, la arquitectura, es reflejar el alma y su esencia a través de obras arquitectónicas como el Teatro Olímpico (Palladio).

La espontaneidad del autor se expresa generalmente en los detalles antes que en la composición del edificio. Durante el periodo manierista se puede observar cómo los autores abandonan el tratamiento convencional de las figuras en la perspectiva con la que abordan los temas. El autor rompe con ciertos preceptos "clásicos" agregando texturas en las columnas, por ejemplo, creando nuevos diseños en los bordes de los arcos o alternando figuras y/o texturas en las columnas.

La mayor parte de las figuras utilizadas son básicas: cuadrados, círculos y triángulos que el autor rediseña y reinterpreta para plasmar su propia visión. Se observan estructuras propias del renacimiento como la bóveda de cañón y estructuras clásicas griegas y romanas, aun así, el artista manifiesta su visión en lo que agrega a la composición. Se trata del ojo del artista penetrando en las figuras preestablecidas.

Las distribuciones son simétricas; las ventanas, las puertas y las columnas conservan un orden dentro de la composición arquitectónica. La armonía está en la distribución, pero la innovación se encuentra en la reestructuración de las formas.

Se trabajan también los bajorrelieves en las paredes y techos. Estos bajorrelieves tienen una distribución característica del manierismo en su composición puesto que en ellos se presentan figuras apiñadas sin aparente distribución simétrica. Las columnas en ciertos lugares parecen totalmente desproporcionadas al espacio al igual que balcones que parecen no pertenecer a ese espacio como es el caso del Palazzo Porto Breganze de Paladio.

Hay varios escorzos (en el palacio del té), sobre todo de animales; hay figuras alargadas talladas en las paredes como por ejemplo en la cámara del águila; además de esto hay gran cantidad de espacios abiertos y ventanas amplias que permiten la entrada de aire y luz y acercan a la persona a los elementos naturales.

Las proporciones en el manierismo comienzan a trastocarse ya que los artistas se inclinan a lo no real y a lo abstracto, generando una sensación de sutil inestabilidad como la que dan los arcos desiguales en el palacio Thiene. Puede decirse que el manierismo se aleja un poco del equilibrio y serenidad que daban las proporciones cuidadas y la armonía (características claves del renacimiento) para acercarse a lo subjetivo y llegar a una abstracción de su propia perspectiva.